Aprendiendo de la Dependencia …
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Crónica sobre la enfermedad del olvido
Por Marta Arenzana Ibán
A mi madre, mi maestra
(1) Olvidar, como no haber vivido
El Alzheimer es el mal del olvido.
(2) Mi madre: como pionera del Oeste Americano
¿Cómo le podía pasar esto a mi madre?
(3) Un largo camino plagado de renuncias
Esto era lo que tenía por delante.
(4) El imprescindible apoyo de la familia
Es esencial que toda la familia apoye unánimemente las decisiones que faciliten la vida al enfermo de Alzheimer.
(5) El afectado por Alzheimer, ¿como un bebé?
Este tipo de enfermos no son como bebés: éstos aprenden, aquellos «desaprenden».
(6) Una falta de paciencia dolorosamente patente ¿Por qué me costaba tanto cuidar de la que tanto había hecho por mí?
(7) Se busca cuidador: una respuesta inesperada
Pedí a Dios una persona adecuada para cuidar a mi madre, y él me señaló a mí.
(8) Ella perdía…pero yo iba ganando
Mi madre iba perdiendo facultades por el Alzheimer mientras yo las iba ganando.
(9) Su Alzheimer me «curó» a mí
Jamás hubiera pensado llegar a esta conclusión.
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