Según se desprende del trabajo, estas personas dedican una media de 125 horas semanales (casi 18 horas al día) al cuidado de su familiar enfermo durante seis años consecutivos y presentan un estado de salud físico y mental “considerablemente peor” que la de la población en general.
El proceso de duelo es una experiencia única y personal. Cada persona lo vive de manera diferente y no hay una forma correcta o incorrecta de hacerlo. Lo importante es permitirse sentir y expresar las emociones que surgen durante este proceso. Aceptar la pérdida y aprender a vivir sin la persona que se ha ido es un camino difícil pero necesario para sanar y seguir adelante. Con el tiempo, el dolor se va transformando en recuerdos y el amor que sentimos por esa persona sigue vivo en nuestro corazón. Recuerda que no estás solo y que siempre hay personas dispuestas a ayudarte en este camino.
Hay algunas claves que pueden ayudarte a afrontar la muerte de un ser querido de la mejor manera posible. Una de ellas es trabajar en tu interior y exterior. Por lo tanto, el ejercicio físico, una dieta saludable y contar con tiempo para ti serán las principales claves para cuidar nuestra salud mental y física. A veces, cuando estos síntomas se prolongan en el tiempo es recomendable acudir a un profesional.